Analizando marcadores genéticos específicos dentro de la red social de cada individuo descubrieron que los individuos que portaban el marcador DRD2, que codifica un receptor del neurotransmisor dopamina y está asociado a hábitos como fumar o consumir alcohol, tendían a ser amigos de otros con el mismo rasgo genético, mientras que quienes carecían del gen se relacionaban con otros individuos negativos para este marcador. Por otro lado, las personas que portaban un determinado gen que se ha asociado con una personalidad abierta (CYP2A6) tendían a elegir a sus amigos entre quienes carecían de él.
Según concluyen los autores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los resultados explicarían por qué algunas personas instintivamente sienten atracción o rechazo mutuo nada más conocerse. Nicholas Christakis, investigador de la Universidad de Harvard y coautor del trabajo, asegura además que en términos evolutivos puede ser beneficioso tener amigos con un patrón genético similar. Por ejemplo, si varios amigos son menos susceptibles a infecciones bacterianas, la salud del grupo aumentará. La agrupación genética en redes sociales podría jugar un papel importante en la historia de la humanidad, sugieren.
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